Quiero compartirles algunos apuntes sobre el gravísimo episodio de la denuncia inventada que padeció durante los meses de marzo y mayo de 2024 el precandidato a la presidencia por el Frente Amplio Yamandú Orsi y cómo este episodio enturbió la campaña electoral rumbo a las elecciones nacionales en Uruguay.
Es estéril discutir el carácter "político" de esta operación de campaña sucia, en tanto persigue fines instrínsecamente políticos: destruir la imagen del candidato presidencial del partido político más votado del Uruguay, y que fue llevada a cabo (al menos) por una militante del partido de gobierno, en medio de una campaña electoral.
Debemos estar alertas ante las expresiones de prejuicio y discriminación exacerbadas contra el colectivo de personas trans, a partir del penoso episodio de la representación de dos mujeres trans ante el ojo público a partir de un espectáculo de delito y mentiras, que no debería dañar a un colectivo cuya voz en política ha estado históricamente invisibilizada.
La impresionante defensa judicial que recibió el precandidato fue crucial para echar abajo esta trama de mentiras, y eso es una excelente noticia. Sin embargo, es interesante hacer foco en las enormes diferencias en la defensa de una persona que tiene a su disposición los recursos económicos y políticos de un precandidato presidencial con el respaldo partidario de Orsi, con un equipo de más de una docena de abogados e investigadores en desmontar la farsa, que la defensa que puede recibir un ciudadano común y silvestre frente a hechos de este tenor o de cualquier otro. Ello pone sobre relieve que no es casual que las cárceles en Uruguay (y en el mundo) estén llenas de personas jóvenes, pobres y de bajo nivel educativo.
Una pregunta netamente electoralista es si se fortalece la campaña de Orsi tras este episodio. Claramente, supone un alivio para el Frente Amplio en su conjunto dejar atrás esta operación de "enchastre" y deberia ser un revulsivo para la campaña de Orsi, en estos meses aparecía quieta, desganada y perdiendo sistemáticamente su ventaja frente a Carolina Cosse en las encuestas, inclusive luego del apoyo de Mario Bergara y todo el espectro seregnista-astorista-progresista.
Queda como interrogante, ampliamente discutida por la literatura, qué efectos concretos tienen las campañas sucias para inhibir el voto por un candidato. La evidencia es contradictoria y poco concluyente. Estas campañas se hacen y financian bajo la histórica y básica premisa goebbelsiana de "miente, miente, que algo quedará". Y a su vez, es sabido que generan efectos de boomerang cuando los candidatos injustamente asediados pueden demostrarse y mostrarse como víctimas. En particular, la cultura de los uruguayos nos vuelve propensos a apoyar a los "underdog", a hinchar por el más débil en cualquier competencia.
Solamente la apertura de las urnas el 30 de junio dará una respuesta tentativa a cómo la ciudadanía interpretó este penoso fenómeno.
Pueden encontrar un análisis más profundo de mi parte en Youtube 🎥
La Cosa 👹 : https://linktw.in/WeJWun
Vértice 📐: https://www.youtube.com/watch?v=7Hnr-YDzwLU
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